Los primeros pasos de un proyecto son ilusionantes, inspiradores, emocionantes, creativos,... 

Llevo unos días pensando en la creación de un proyecto a través de las redes sociales con carácter colaborativo, inclusivo y participativo que de visibilidad a un territorio rural; un proyecto donde todas las personas que colaboren se sientan motivadas para hacerlo crecer y cuyos resultados estén orientados al beneficio de toda la comunidad rural. 

Los/as educadores/as sociales cuando creamos un programa sociocultural partimos de unas premisas básicas:

1. Identificación de la idea y necesidad. Todo proyecto nace de una idea o de la necesidad de resolver un problema. En esta etapa, se define qué se quiere lograr y por qué. El día 6 de marzo, en nuestra primera reunión por videoconferencia, estaremos en este punto tan importante (el enlace a la sesión es https://bit.ly/6mar25)

2. Definición de objetivos. Se establecen metas claras y alcanzables.

3. Planificación. Se elabora un plan detallado con las acciones a seguir, los recursos necesarios y el cronograma.

4. Formación del equipo. Se reúne a las personas que trabajarán en el proyecto, asignando roles y responsabilidades.

5. Análisis de la viabilidad. Se evalúa si el proyecto es factible en términos de recursos y tiempo.

6. Comunicación inicial. Se comunica la idea del proyecto a las partes interesadas, buscando apoyo y colaboración.

Y así, a fuego lento como quién hace un sabroso puchero, vamos a ir creando entre todos y todas un proyecto necesario con ingredientes de primera calidad: compromiso, generosidad, diversidad, prudencia, transparencia, realismo, organización y planificación,...